.

.

Oferta
Cubierta de HAWK: OCCUPATION: SKATEBOARDER SC (Tony Hawk) Dey 2001. EN INGLÉS

HAWK: OCCUPATION: SKATEBOARDER SC (Tony Hawk) Dey, 2001. EN INGLÉS

Dey
(0 Reseñas)
DISPONIBLE: Envío 24/48h

Ver más de:
Skateboard (33)

¡OFERTA! antes 15 $.

Libro de importación, en Inglés.

Tomo unitario. Historia completa autoconclusiva.

Category: Biography & Autobiography / Sports & Recreation
Subject: Sports / Skateboarding
(... leer texto completo en Descripción).

Libro nuevo, sin uso, procedente de descatalogaciones, saldos editoriales y restos de stock.

Estado de Conservación: 5/5 (Muy Bueno). Ver más detalles en Descripción.

2001.
Rustica (Tapa blanda). 15,5x23,5x1,8 cm. (Base x Altura x Grosor).
320 págs. mas cubiertas. Ilustrado. Blanco y negro.
REF: LF2403130010

Peso: 510 gramos.
9,95 €
Impuestos incluidos
Cantidad:

HAWK: OCCUPATION: SKATEBOARDER SC (Tony Hawk) Dey, 2001. EN INGLÉS

Dey, St., an imprint of Harper Collins Publishers, New York, USA, 2001.EN INGLÉS.

320 páginas más cubiertas. Ilustrado. Blanco y negro.
Encuadernación: Rustica.
Dimensiones (Base x Altura x Grosor): 15,5x23,5x1,8 cm.
Peso: 510 gramos.

ISBN13: 9780060958312.

RESUMEN

Libro de importación, en Inglés.

Tomo unitario. Historia completa autoconclusiva.

Category: Biography & Autobiography / Sports & Recreation
Subject: Sports / Skateboarding

---------------------

RESUMEN:

Para Tony Hawk, no fue suficiente patinar durante dos décadas, inventar más de ochenta trucos y ganar más del doble de concursos profesionales que cualquier otro patinador. No fue suficiente golpearse la cabeza más de diez veces, fracturarse varias costillas, romperse el codo, perder los dientes dos veces, comprimir las vértebras de su espalda, reventar su bursa, recibir más de cincuenta puntos en sus espinillas, destrozar el cartílago de su rodilla, magullar su coxis, torcerse los tobillos y desgarrarse los ligamentos demasiadas veces para contarlas. No. Él tenía que aterrizar el 900. Y después de trece años de intentos fallidos, lo logró. Nunca antes se había hecho.

Creciendo en Sierra Mesa, California, Tony era un niño demoníaco hiperactivo con un coeficiente intelectual de 144. Tiraba berrinches, aterrorizaba a la niñera hasta que renunciaba, explotaba de ira cuando perdía un juego; este era un niño que fue expulsado del preescolar. Cuando su hermano, Steve, le dio una patineta de plástico azul de segunda mano y su padre construyó una rampa de skate en el camino de entrada, Tony finalmente encontró su salida, y mientras patinaba, podía ser tan duro consigo mismo como lo era con todos los demás.

Pero no fue un camino fácil hacia la cima del juego de patinaje. Los compañeros patinadores se burlaban de su estilo de patinaje y lo llamaban un patinador de circo. Era tan delgado que tenía que usar coderas en las rodillas y tan ligero que tenía que hacer un ollie solo para tomar aire en una rampa. Estaba tan desesperado por ser aceptado por jóvenes leyendas del skate como Steve Caballero, Mike McGill y Christian Hosoi que comió chicle de entre los dedos de los pies de Steve. Pero después de unos años de determinación y trabajo duro, obtuvo múltiples victorias profesionales, y los patinadores que una vez se burlaron de él ahora estaban tratando de aprender sus trucos. Tony había creado un nuevo estilo de patinaje.

En Hawk, Tony nos lleva detrás de escena de competencias, demostraciones y películas, y comparte las demandas menos glamorosas de ser un patinador, desde patinar en la televisión italiana vistiendo pantalones cortos transparentes hasta hacer una demostración en Brasil después de vomitar durante cinco días seguidos debido a una intoxicación alimentaria. Ha lidiado con compañeros de equipo que se incendiaron a sí mismos y a otros sujetos, conduciendo por una autopista mientras el tablero de instrumentos de su camioneta ardía. Ha pasado por la montaña rusa impredecible de la industria del skate, durante la cual, en cuestión de unos pocos años, sus ingresos anuales se redujeron a lo que había ganado en un solo mes y luego se recuperaron a siete cifras. Pero la mayor dificultad de Tony fue lidiar con la pérdida de su fan número uno y su mayor apoyo, su papá, Frank Hawk.

Con una honestidad brutal, Tony relata las historias de amor, pérdida, malos peinados, ropa vergonzosa de los años 80 y su determinación que ha dado forma a su vida. Mientras echa un vistazo a sus experiencias con las leyendas del skate de las décadas de 1970, 1980 y 1990, incluyendo a Stacy Peralta, Eddie Elguera, Lance Mountain, Mark Gonzalez, Bob Burnquist y Colin Mckay, nos cuenta la verdadera historia del skate y también lo que el futuro tiene reservado para el deporte y para él.

---------------------

SUMMARY:

For Tony Hawk, it wasn't enough to skate for two decades, to invent more than eighty tricks, and to win more than twice as many professional contests as any other skater.It wasn't enough to knock himself unconscious more than ten times, fracture several ribs, break his elbow, knock out his teeth twice, compress the vertebrae in his back, pop his bursa sack, get more than fifty stitches laced into his shins, rip apart the cartilage in his knee, bruise his tailbone, sprain his ankles, and tear his ligaments too many times to count.No.He had to land the 900. And after thirteen years of failed attempts, he nailed it. It had never been done before.

Growing up in Sierra Mesa, California, Tony was a hyperactive demon child with an I44 IQ. He threw tantrums, terrorized the nanny until she quit, exploded with rage whenever he lost a game; this was a kid who was expelled from preschool. When his brother, Steve, gave him a blue plastic hand-me-down skateboard and his father built a skate ramp in the driveway, Tony finally found his outlet--while skating, he could be as hard on himself as he was on everyone around him.

But it wasn't an easy ride to the top of the skating game. Fellow skaters mocked his skating style and dubbed him a circus skater. He was so skinny he had to wear elbow pads on his knees, and so light he had to ollie just to catch air off a ramp. He was so desperate to be accepted by young skating legends like Steve Caballero, Mike McGill, and Christian Hosoi that he ate gum from between Steve's toes. But a few years of determination and hard work paid off in multiple professional wins, and the skaters who once had mocked him were now trying to learn his tricks. Tony had created a new style of skating.

In Hawk Tony goes behind the scenes of competitions, demos, and movies and shares the less glamorous demands of being a skateboarder--from skating on Italian TV wearing see-through plastic shorts to doing a demo in Brazil after throwing up for five days straight from food poisoning. He's dealt with teammates who lit themselves and other subjects on fire, driving down a freeway as the dashboard of their van burned. He's gone through the unpredictable ride of the skateboard industry during which, in the span of a few years, his annual income shrank to what he had made in a single month and then rebounded into seven figures. But Tony's greatest difficulty was dealing with the loss of his number one fan and supporter--his dad, Frank Hawk.

With brutal honesty, Tony recalls the stories of love, loss, bad hairdos, embarrassing '80s clothes, and his determination that had shaped his life. As he takes a look back at his experiences with the skateboarding legends of the '70s, '80s, and '90s, including Stacy Peralta, Eddie Elguera, Lance Mountain, Mark Gonzalez, Bob Burnquist, and Colin Mckay, he tells the real history of skateboarding--and also what the future has in store for the sport and for him.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: 5/5 (Nuevo/Muy Bueno). (Desplegar para ver más detalles)

NOTAS SOBRE LOS PRODUCTOS EN OFERTA:

FORMAS DE PAGO Y ENVÍO

Dey
LF2403130010
2024-03-13

También te pueden interesar...

Pasar por caja